Parecía
que no, pero ha llegado la primavera y también la temida
astenia primaveral.
Un estado que según las estadísticas afecta a una de cada diez
personas, y que se corresponde con el cambio de estación al que el
organismo no logra adaptarse del todo o le cuesta.
La
astenia aparece como consecuencia de la
incapacidad que tiene nuestro organismo de adaptarse a las nuevas
condiciones climatológicas que
vienen de la mano de la primavera. El aumento de las temperaturas, de
horas de luz, la eclosión de la vegetación… son algunos de los
factores que influyen directamente en nuestro organismo, que reduce
la segregación de endorfinas. Este hecho hace que nuestro ánimo
decaiga y nos sintamos sin apenas fuerzas físicas y psíquicas,
pero... tranquilos, es una situación pasajera que se corresponde que
pasa en pocas semanas.
A
pesar de esto es importante que tomemos cartas en el asunto y nos
pongamos manos a la obra para poder minimizar los efectos que la
astenia puede tener en nosotros. Cargar
las pilas es fundamental para hacer frente a esta situación.
Por ello, es fundamental que adoptemos unas normas básicas de
alimentación y ejercicio para poder hacer frente a esta situación.
La
base de nuestra alimentación deberían ser los cereales que nos
aportarán grandes dosis de hidratos
de carbono,
necesarios para poder hacer frente a las situaciones cotidianas, ya
que son la principal fuente de energía del organismo. Deben ser
integrales para garantizar que tendremos las pilas cargadas a lo
largo de todo el día, ya que al ser de absorción lenta el cuerpo
irá aprovechando poco a poco la energía.
No
es recomendable que consumamos demasiadas grasas
o calorías que
nos ralenticen la digestión y nos hagan tener un estado de letargo
que nos mantenga más apáticos y distraídos. Además, el consumo de
cereales nos facilitará el aporte de ácido
fólico,
necesario para el buen funcionamiento del organismo. Lo mismo sucede
con los hidratos procedentes de azúcares refinados. Son un aporte de
energía, pero de mala calidad, ya que al absorberse rápido hacen
que se aumenten los niveles de glucosa en sangre, produciendo un
efecto rebote que nos aumenta la energía para rápidamente producir
el efecto contrario de calma, nada recomendado en estados de astenia.
Es
fundamental además, mantenernos activos y para ello el deporte
jugará un papel importante, pues la astenia no solo nos afecta a
nivel físico, sino que nuestro estado de ánimo se resiente, y por
ello tenemos que buscar emociones nuevas y placenteras.
Conseguir
una buena
hidratación
del organismo es fundamental si lo que queremos es estar activos y en
perfecto estado para hacer frente a los cambios que se producen.
Junto a esto hay que tener en cuenta que el contacto con la
naturaleza para obtener aire puro es un punto a nuestro favor para
ayudarnos a mantenernos más activos. Respirar de manera profunda nos
ayudará a sentirnos más enérgicos y con mejor predisposición
frente a la rutina cotidiana.
Por
último, te recomendamos echar mano de sustancias
naturales que activen el metabolismo
y te hagan estar más activo. Incluir alguna infusión en nuestra
dieta como el té o diferentes extractos de hierbas harán que
nuestro cuerpo esté más despierto y en mejor estado de manera
sencilla y sin apenas darnos cuenta. Esta medida es un buen
complemento a los antes mencionados.
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